
Este martes, Dioni Villalba cerró uno de los capítulos más especiales de su carrera futbolística. En una emotiva rueda de prensa celebrada en La Rosaleda, el delantero malagueño puso fin a su etapa en el Málaga CF, el club de su tierra, ese con el que soñó desde niño y al que pudo representar en un momento crucial de su historia reciente.
No fue una despedida cualquiera. Entre pausas para contener la emoción y palabras medidas, Dioni agradeció la oportunidad de vestir la camiseta blanquiazul, destacando la mezcla de orgullo, responsabilidad y amor con la que vivió cada minuto. “Ha sido muy bonito, corto pero intenso”, resumió con sinceridad, consciente de que el sueño de jugar en el equipo del corazón no siempre está al alcance de todos.
Su llegada en 2023 supuso más que un simple fichaje. Fue la culminación de una carrera hecha desde abajo, desde el barro del fútbol modesto, hasta alcanzar un lugar en el vestuario de un club en reconstrucción. Y no defraudó. Dejó momentos inolvidables, como ese gol en Tarragona que acabó siendo símbolo del resurgir del Málaga, o su papel como referente veterano en un equipo marcado por la juventud y la transición.
Dioni no ocultó que le habría gustado continuar. Cree que aún tiene fútbol por delante, pero entiende que los ciclos se cierran y que el club mira al futuro con otras ideas. Lo aceptó con la misma elegancia con la que jugó: sin rencores, sin reproches, con gratitud.
Agradeció al club, a los compañeros, al cuerpo técnico y, sobre todo, a su familia, con mención especial para su mujer e hijos, quienes vivieron este sueño a su lado. Y también tuvo palabras para la afición, esa que siempre estuvo ahí, en los días buenos y en los duros, y que supo reconocer el compromiso sincero de un jugador que no llegó solo a cumplir un contrato, sino a dejar parte de su alma.
“Soy de aquí. Lo he vivido con pasión. A veces tanta, que ni lo he disfrutado”, confesó. Una frase que condensa lo que ha sido su paso por el Málaga: una entrega total, sin medias tintas.
Hoy, Dioni se marcha del club al que siempre llevó dentro, pero no del fútbol. Aún no sabe dónde seguirá su camino, pero sí sabe cómo: con la misma pasión que lo trajo hasta aquí. Y el Málaga, sin duda, siempre tendrá un lugar reservado en su historia para aquel delantero que, en dos años, supo dejar una huella mucho más grande que la que marcan los números.
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