Scouts gráficos ya: la revolución visual del fútbol modesto

Publicado el 26 de julio de 2025, 20:35

Hay diseñadores gráficos que deberían estar en nómina de clubes de Primera. Y no hablo solo de los grandes. Hablo de equipos de barrio, de cantera, de esos que a veces entrenan en campos de tierra pero que en redes se presentan mejor que el PSG. Porque así como existen ojeadores para detectar a futuros cracks en botas, deberían existir ojeadores visuales que rastreen talento creativo en las trincheras del fútbol.
Miremos al Marbella FC. Por favor, que alguien me presente al genio o genia que está detrás de su imagen. Esto no es diseño, es pasarela. Esto no es branding, es una masterclass de estilo. Es El diablo viste de Prada, versión fútbol andaluz. Han creado un tono de azul que ya no es azul, es Azul Marbella, como aquel momento icónico de la película cuando le explican a la becaria que su suéter cerúleo no era casualidad. Pues eso. No es casualidad que todo lo que sale del Marbella tenga ese look pulido, limpio, reconocible. No necesitan reinventarse cada temporada, porque ya lo han conseguido: tienen marca.
Pero no todo es diseño plano o vectorial. A veces es historia. Como en el CD Alhaurino, cuya joya es la Decanoteca, esa maravilla arqueológica del fútbol malagueño. Aquí el estilo se construye con documentación, con olor a biblioteca y archivo municipal. ¿Qué otro club puede presumir de tener un historiador de cámara? Un 10 rotundo por convertir la memoria en identidad visual.
Y no, no vamos a hablar del Málaga. Porque al Málaga ya se le presupone. Sólo su camiseta con el ojo de Horus y la jábega ya juega en otra dimensión estética. Pero sí vamos a bajar aún más, porque es ahí donde está la revolución.
¿Mortadelo? Inconfundible. Amarillo potente, comunicación con alma y una persona al mando que sabe hablar de las derrotas de niños de 7 años con una sensibilidad que ya quisiera media pedagogía moderna. Aquí no hay diseño de catálogo, hay diseño emocional, del que enseña que perder también puede doler bonito.
¿Malaka? Otro ejemplo de amor puro. Se acabó el postureo. Aquí celebran los cumpleaños de cada niño, aunque la foto salga torcida y con el sol de las cinco reventando las sombras. Porque lo importante no es el filtro, es el gesto. Y eso, amigos, también es marca.
Y luego están las chicas del CD Banús, la felicidad en estado puro. Lo suyo no son los resultados (que también), lo suyo es que cada publicación es una ráfaga de alegría. Da igual si ganan o no. Lo que ganan es en empatía visual.
Pero vamos a parar aquí, porque necesito quitarme el sombrero –o la boina de terciopelo si hace falta– con el Atlético Casa Bermeja. No es que hayan usado al Coloso de Rodas para anunciar un fichaje (que ya es nivel Dios), es que acaban de subir el listón con su bandolero ecuestre armado en plena equipación roja. Esto ya no es fútbol, esto es romanticismo pictórico meets Segunda Andaluza. Lo del Casa Bermeja es tan espectacular que propongo fundar un club de fans. Ya mismo. Seré la presidenta.
Y para cerrar, un viaje a otra isla. Literal. Nos vamos a Ibiza. Si alguien tiene el contacto del community manager, que me lo pase. ¡Fran Castillo, te hablo a ti: NECESITO saber quién está detrás de esta obra de arte!. Porque lo que han hecho con la presentación de su camiseta es puro editorial de moda. Gucci, Balenciaga, pónganse a temblar. Esto no es fútbol, es haute couture.
Así que sí, que vengan ya los ojeadores gráficos. Porque el futuro del fútbol no solo se mide en goles, sino en cómo los contamos, cómo los mostramos, y cómo los sentimos en un scroll.
Hoy no soy Carmen Khalil, hoy me siento la Anna Wintour de la Tercera Andaluza.

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